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Fundación Espacio Creativo, Panamá
A sus 24 años, Héctor Olaya llegó a Panamá con la esperanza de comenzar una nueva vida. Pero a solo una semana de regresar a Venezuela, una invitación inesperada cambió el rumbo de su historia: acompañar a su primo a un curso en SANDBOX.
“Cuando entré por primera vez, me sentí deslumbrado. Nunca había visto un espacio así, ni en Venezuela ni en Colombia. Me dije: ¿cómo existe un lugar como este… y cómo terminé yo aquí?”
Ese primer encuentro encendió una chispa. En cuestión de semanas, Héctor pasó de ser participante a convertirse en líder. Descubrió una habilidad que nunca antes había considerado: el poder de enseñar.
“Creía que no me gustaba aprender, pero entendí que lo que no me gustaba era cómo me habían enseñado. En Sandbox rompí el paradigma de la educación tradicional. Aprender podía ser divertido, colaborativo, poderoso.”
Entre sus recuerdos más significativos está la presentación de su primer cortometraje en La Manzana de Santa Ana y su participación en una exposición fotográfica donde su historia y su mirada cobraron vida en un espacio artístico real.
“Vi mi nombre escrito y lloré. Fue la primera vez que sentí que mi voz tenía un lugar.”
Hoy, Héctor se define como un puente:
“No soy el inicio ni el final. Soy quien conecta, quien acompaña el crecimiento de otros. Me visualizo como un referente en educación y como aliado de Fundación Espacio Creativo en el futuro.”
Celebramos historias como la de Héctor, que nos recuerdan que a veces, lo único que se necesita es un espacio donde creer y crecer.